Dicho yacimiento fue inscrito en 2002 en el registro de yacimientos arqueológicos de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Jaén y hasta el día de hoy se ha creido que dicho yacimiento podía tener un origen medieval, concretamente islámico. Sin embargo, atendiendo a las estructuras conservadas actualmente y observando las fotografías que sobre este yacimiento se conservan en la biblioteca del Instituto de Estudios Giennenses, recientes investigaciones están aportando un posible origen anterior a época islámica.
En opinión de los investigadores José Carlos Gutiérrez y José Antonio Serrano, el hecho de que dichos baños tuvieran tres instancias (caldarium, apodyterium y frigidarium), hasta ahora visibles, sus cámaras fuesen circulares con hornacinas incrustadas en los muros y cerca de éstas se situasen los restos de un horno para calentar el agua y algunas salas (hypocaustum), hace sugerir que más que unos baños árabes estamos ante unas termas romanas. Unas termas posiblemente parecidas a las que podemos encontrar en Pompeya, Tarragona, Sádaba (Zaragoza), Bigastro (Alicante), etc.
Por otro lado, el hecho de estar situadas estas termas o baños en un lugar descontextualizado, por estar la parte romana localizada de Jamilena algo más alejada, ha llevado a plantear la hipótesis de que tal vez estas termas fuesen privadas y perteneciensen a una villae romana, como ocurre en el caso de la villae de Boscoreale. Hipótesis que vendría, además, ha localizar una nueva villae en la antigua Colonia Augusta Gemella Tuccitana.